sábado, 22 de octubre de 2011

ENRIQUE DE SANTIAGO




REQUIEM BAJO UNA ESPIRAL

Vuelvo a mis secretos,
màs adentro de mi habitaciòn añosa, preparada para la hora nupcial que gimiò inconclusa,
como tantas veces,
y asi aprendi a ser sobreviviente mil veces,
siempre volviendo hasta mi marsupio,
¿o hasta la recepciòn de mi memoria?
No lo se hay un compàs de espera en esto,
solo se que no soy hallado al tacto,
y puedo perderme lejos,
dentro de la hermeneutica de mi nombre arcano,
sin habeas corpus
el que palpita su registro en la misteriosa bòveda craneana,
donde se borran las vicisitudes que dijo un necromante,
para asi quedarse casi intacto, sin dudas de por medio
porque no arrastro la culpa de los anèlidos,
de forma tal y plena,
en este estanque de palabras,
que arriva para cegarme con sus sonidos àureos,
y asi no escuchar tu aroma,
nunca lo sabrè,
ese que se empina desde tus lejanias incorruptibles,
con melodias sagitarias venidas desde el inframundo,
donde te imagino inmòvil en la purga diaria
y constante,
esa que atemoriza mi adventicia existencia,
que luce blanca y lechosa como espuma,
saliendo de mis carnes,
para moverse hacia ti,
¿sin saber por què?
¿y para que?,
solo se que se trasladan a tus fronteras,
y te pronuncio con un sudor impertinente,
fuera de la biosfera llamada escena primera,
antes del saludo de la mañana precipitada en tu fuente,
la que desliza palabras en un pàramo irreductible,
desde donde me opones tus muros almenados
cuando te espio desde mi balaustros,
con una mirada de infante,
porque voy a pie,
y ademàs soy un niño,
que dejò su nostalgia en un papel de viñetas.
Una suerte de sobreviviente de la estampida del hombre.


Y una nàyade cuida hoy las napas de mi existencia,
donde bebo de mis recuerdos,
y diligente devuelvo el liquido con mis lagrimas.

Entonces vuelvo al sòtano que lacra mis palabras,
las que no digo
por temor
por no querer ser mal entendido.

Pocos leen,
solo llegan con un guiño de cortesia,
lo supe siempre,
por eso escribo para mi espejo,
y solo canto letanias para mis ojos sonàmbulos.

Sostengo las palabras para mi fenotipo,
pues queria unos centimetros de màs
y extiendo el alma para verme entre tanta criptica intersecciòn,
luego la recogo, con cuidado
como alcanzando la sublime levedad de tus auroras,
dia tras dia
en un sacro ritual intermitente,
en cada acto inùtil,
para ser solo un jornalero que se busca
sin qu el orbe lo perciba,
sin efectos para los indices bursàtiles,
solo cultivando mi sagrario, nada màs que eso
y ya sin equipaje emprendo el viaje,
hacia lo abismal encàustico de mi ser,
para no ser sorprendido en los asomos,
aunque me cueste no verte,
para asi ser ajeno al dolor de lo evidente.

Pues era el acèrrimo observador de tus viajes nocturnales,
y preparaba mis emboscadas sobre una nube orbital,
para que te rindieras a mis manos sorpresivas,
donde no hay augurios que te toquen,
solo el azar en forma de caricias,
con el temblor similar al que se expele en la virginidad
asi llegò el abrazo, desnudo.

Y tu ser despliega la humedad para la entrega
y te amè sobre una estrella fugaz,
como un beso,
como ese sueño donde me encuentras,
¿Lo recuerdas?
donde incito a las dudas
mezcla de un mal partido, y de un arlequin insano
como cuando llueve,
pues cae nuestro sudor a la tierra,
y la germina.
Y no sabes lo que siento,
de hecho nadie lo sabe.
Imagina que no soy quien escribe,
de hecho no lo soy,
tome estos versos prestados,
de un poeta que te amò en una vida anterior,
y tù lo amaste en esa vida anterior.

Pero vuelve el dia para aclarar mis dudas,
y despierto solo.....
y a fin de cuentas, ¿a quien le importa que me vaya al Shambhala,
o a una siguente esquina?

Pues soy un bùfalo sin manada,
y un selenita que perdiò su luna,
pues cantè a las flores del estìo cuando no debi,
ni sabia como.
y carguè las dudas al mirar mi brazo fundente,
tocando tu cuerpo,
tu altar erògeno,
y al sentir el vapor surgido del amor,
In illo tempore
doblè mi cuerpo entre las ramas dolorosas.

Ya que no habito con ustedes,
soy una mera ilusiòn,
el espejo canta su canciòn,
y la viuda me trae flores marchitas,
como mi cabeza,
y mi llaga pretèrita,
las que dejò la tortura,
y unos voltios de màs.
Todo lo guardo en un vaso de cloroformo,
para asi guardar mis pecados,
(que no son pocos)
Los que juzga un mundo con una extraña moral
y se rebalsa sobre mi bitàcora,
donde tambièn anidan celacantos,
para recordarme mi destino,
y el tuyo que viaja en otra direcciòn,
es lògico,
en este plano todo se viste de decisiones apropiadas,
las que vienen despuès de la densa lluvia,
esa que vendrà inèdita a develar las cortinas de un paisaje
ya extinto.

No creo en los humanos,
creo en los muertos,
que ya no son humanos,
son coleòpteros invisibles,
pues ya estàn limpios,
sin el peso excesivo de la carne,
ni con el calzado del protocolario,
solo la levedad de navegar por la isoglosa,
que conduce a mis lejanos hermanos,
los que me aguardan,
sin hacerlo.

Abro entonces ventanas con una palabra enjuta,
con un deseo,
como esporas que obedecen a la noche,
despuès de siglos de espera.

Es cuando tomo el curso lejos de los emblemas,

lo màs cerca de un aràcnido de ocho ruedas,
algo inusual,
algo irreverente,
suave y terso como un traje de pètalos,
como el vestido de Ceres,
despuès de la disciplinada germinaciòn,
el mismo que llama al amor volcànico,
en sus ciclos olvidados,
interminables,
como el sexo hermafrodito de los caracoles,
como tortugas desovando en la playa,
en la oscuridad nocturnal,
bajo los designios astrales,
que ademàs son làmparas de una antigua cartografia
los mismos que guardan mis razones,
mis devociones hacia ti,
mi vocaciòn perdida,
sepultada,
como huevos del quelonio
esperando las mareas.

Mi parpado a estas alturas ya me pesa,
pero me quiero morir escribiendo,
sòlo permiteme soñar,
por eso no respondas
por ahora...
quizàs en seis años màs,
es el rito penitente
de un ermitaño como yo,
dentro de un limbo que ya no es
el Papa lo dijo hace tiempo,
el que se muere se va directo al cielo,
pues era demasiado aguante para uin creyente,
despues de la antesala vacia de la vida,
y ante la concurrencia masiva de àngeles a poto pelado,
era mucho ya, el no haber nacido con un apellido de un Pipiolo.

No hay tiempo y eso es bueno para mi esperanza,
mi vuelo sin plagios
como una grulla isòmera,
algo parecido a una profecia,
que trae escritos bajo el ala
con soluciones oportunas en base a lo empirico,
para asi volar sobre montañas empinadas,
y corrientes indescifrables,
saliendo al paso de un archiduque retòrico,
que vive haciendo apologias sobre la monarquia,
como los necios con corbatas,
hablando de los peligros de subir el salario,
y justamente eso es un sueldo,
solo sal,
sal en el largo camino de los pobres,
los muchos,
como yo,
pues soy uno de ellos,
renunciè hace años al perfume de palacio,
con sus calesas festivas,
y sus inmorales votos
donde no entran nuestros derechos fundamentales,
tradicion republicana
donde veo niñas entrar a los autos
por dinero para pegamento,
y por eso no bebo,
solo de vez en cuando,
pues deseo afrontar sobrio la vida,
cada primero de enero,
cuando viajan las alfombras al sur,
y los nidos quedan vacios,
contando con la promesa de que volveràn
como hidras en una playa,
con el sol sobre los tentàculos,
los que quieren abrazarme,
para deciiir adioòs vida mìaa,
solo tienes que decirloooo...
la mùsica entra entonces en escena,
es un buen lugar para acariciarte,
ya que los parpados cesaron su labor,
y a medio camino cojo risas escolares,
para depositarlas en mi làpida,
como homenaje al equinoccio que se va,
y se despide de tu cabello.

Si has llegado hasta aqui,
felicito tu locura,
esto no es un poema
es un aliento toxico que paraliza,
se esconde en tu pantalla,
listo para la emboscada,
y asi sembrar flores hasta tus huesos,
no hay vuelta atràs,
ya que pasaste el punto de no retorno,
mi abrazo flamìgero era la frontera,
despuès de eso,
el exilio,
un no entenderse en esta prisiòn de genes,
buscando a otros genes compatibles,
sin poesìa
lejos de las urbes,
y tambièn del orbe,
màs allà de la cordura de la galaxia,
de lo que ni imaginas,

porque esto no es literatura fantàstica,
son los sueños,
las elegias de un surrealista,
escritas para ti,
para que me conozcas y sepas la verdad.

Sirvete y bebe de mi copa,
inhala muy fuerte,
pues abro el libro entonces,
este que sale de mi cabeza estropeada pero ilesa
una suerte de Atenea revolucionaria
y surco con la zurda el gas metano de la creaciòn,
el que abunda en un peo
¿Por què sonries?
te vas a morir,
parece un triste final para tu belleza,
pero es mentira,
tu cuerpo se graba cada segundo en la pared de una nebulosa,
al fallecer te entregan un vale y escoges el cuerpo acorde a tus alas,
niña, adolescente, mujer, anciana?
cualquier cosa es posible,
¿o no ves el bùho que enreda tu cabello pùbico?
mientras canta rancheras, liba tu piel cavernosa,
ese es mi mundo,
te lo presto,
junto con el bùho,
aprende de ellos,
del mundo y del bùho,
sabe demasiado para sus dos siglos de vida,
pues sabe leer su ADN,
como yo,
pero se menos que èl,
por eso mis amantes se han quedado con el bùho,
y las amantes de otros antes que yo en este pàramo,
¿Cuàl lugar?
¿Este que resplandece dentro de mi ermita?
Es un valle,
Ahi hago beber placeres al alma,
y tengo un camello que escribe epìstolas a sus clientes,
y ademàs es cerrajero,
fabrica llaves para Shangri-Là
y saca fotocopias de su ano,
las vende a buen precio,
solo depositas media fe en su cuenta corriente,
y te llegan por correo,
si gustas, te lo envia con una rana mensajera,
yo lo hice y le creo a medias,
bueno, sus clientes piensan lo mismo de mi.
Y nos cantan un "feliz no cumpleaños a ti",
a pesar de ser poco creibles,
pero ambos amamos a los niños,
y recolectamos amigos imaginarios,
los que quedan en el camino cuando los niños crecen,
tengo cientos en mi casa,
ellos peinan las plumas al bùho,
y me aplauden cuando emprendo sueños imposibles,
como este,
pero que importa,
me hace bien,
te harà bien,
pues el verso sana,
entonces solo cierra los ojos,
y sonrie.

Enrique de Santiago: (Santiago de Chile, 1961). Artista visual, Gestor Cultural, Poeta y Ensayista. Es integrante y participa de las actividades del Grupo Surrealista "Derrame". Ha expuesto su obra en más de 70 exhibiciones individuales y colectivas en: Chile, Argentina, Cuba, Venezuela, Mexico, Holanda, Portugal, Ghana, Rumania, España, Italia, Francia, Lithuania, Grecia, EEUU, Japòn, Republica Checa. 

Participa en el Movimiento "Phases", desde el 2005. Ha colaborado en revistas como "Derrame", "Escaner Cultural" y "Labios Menores" en Chile, "Brumes Blondes" en Holanda, "Adamar" de España, "Punto Seguido" de Colombia, "Styxus" de Rep. Checa y otras publicaciones impresas y digitales.
Del 2099 al 2011 Co-organiza "El umbral Secreto", Exposiciòn Internacional del Surrealismo, en Santiago, Valparaiso, Antofagasta y Chillan. Ha sido curador y gestor de exhibiciones en torno al Surrealismo y otras corrientes, organizando muestras en la Fundacion Itau de Ludwig Zeller, Mario Murua, Matta, Hernándo León, etc. En 2012 publica su primer libro: "Fràgiles trànsitos bajo las espirales", (prologo de Rodrigo Verdugo), Ediciones "La polla literaria", Santiago de Chile. Actualmente escribe “La historia del Surrealismo en Chile”. Desde el 2012 colabora en el libro “La Historia del Surrealismo” de Arturo Schwarz (por editarse en Italia en 4 tomos) “Historia del Surrealismo en Latinoamérica” de Floriano Martins (por editarse en Brasil y Colombia) y en “Historia de la Vanguardia Latinoamericana” de Floriano Martins, también por editarse en Brasil. Prepara su segundo libro de poesía “Bitácora de viaje”.








 

lunes, 10 de octubre de 2011

TEÒFILO CID





I

La soledad es un reflejo de las horas dichosas
Por su espiral las zonas blancas
Que aparecen como causa de las negras
Vierten en la hondura su compacto mecanismo
Y los recuerdos calzan zapatos puntiagudos
Sobre el cojín de las sienes apagadas.

La sociedad es un estanque con faunas de alcohol
Millares de pálidas tribus de nicotina
Canoas frágiles de sed
Y un cielo que interceptan nubes ebrias.

Vencido por sus aguas hojarasca soy
Árbol de río de azúcar
Lluvia angélica tostada por el sol
Mi soledad es un paraguas que se quiebra
Como un trozo de voz.
En torno a su eje
Brillantes lagartos trepan
Y hay siesta en el trigal.

Yo recuerdo una mañana sombría
Exactamente equilibrada para aquellos años
De extenuación y niñez
Los faroles temblaban bajo el remo de la lluvia
Yo miraba, yo miraba
Un bello témpano de amor tendido junto a mi.

Pasé la mano sobre el dorso azul
Y vi que los astros eran tiernas dependencias
De mis oídos
Que los sonidos de la luz eran dulces vertederos
De palabras de amor
Y creí sentarme mixto puente de dos pieles
Para cruzar aquel gran río, aquella ancha ría
Que había entre los dos.
Oh mía entre las mías
Ilumina el resplandor
El negro hálito de adios
Que yace en toda boca
Ilumina mi verdor
Las praderas que en los besos reverberan
Con sus vacas y sus méritos actuales
Oh amiga, oh virtuosa de la fuga
Que hoy te encuentre nuevamente en mis palabras
Creada por instinto de cansancio
O por valor



EL BAR DE LOS POBRES

Hoy he ido a comer dónde comen los pobres,
Dónde el pútrido hastío los umbrales inunda
Y en los muros dibuja caracteres etruscos,
Pues nada une tanto cómo el frío,
Ni la palabra amor, surgida de los ojos,
Como la flor del eco en la cúpula perfecta.

Los pobres se aproximan en silencio.
Monedas son sus sueños
Hasta que el propio sol airado los dispersa
Para sembrarlos sobre el hondo pavimento.
En tanto, cada uno es para el otro
Claro indicio, fervor de siembra constelada.

Y en la pesada niebla de los hábitos
Que en ráfagas a veces se convierten
De una muda erupción
De alcohólica armonía,
Yo siento que el destino nos aplasta,
Como contra una piedra prehistórica.

Pues somos los que pasan
Cuando los más abren los ojos claros
Al amplió firmamento
Que adunan los crepúsculos antiguos.

El mundo es sólo el sol para nosotros,
Un sol que ha comenzado por besar las terrazas
De los barrios abstractos...

Masticamos sus migajas,
Sintiendo que un espasmo egoísta nos mantiene,
Pues somos individuos, por más que a ciencia cierta
El nombre individual es sólo un signo etrusco

En los que aquí mastican su pan de desventura
Un viejo gladiador vencido existe
Que puede aún llorar la lejanía,
Los menús elegir de la tristeza
Y darse a la ilusión de que, con todo,
Es un sobreviviente de la locura atómica.

Sentados en podridos taburetes
Ellos gastan los últimos billetes
Vertidos por la Casa de Moneda.

Los billetes son diáfanos, decimos,
Carne de nuestra carne,
Espuma de la sangre.

Con billetes el mundo
Congrega sus rincones
Y parece mostrar una estrella accesible
Sin ellos, el paisaje es sólo el sol
Y cada cual resbala sobre su propia sombra.

Pero la Casa de Moneda piensa por todos
Y los billetes; ¡oh encanto del bar miserable!
Nos suministra sueños congelados,
Menús soñados el día desnudo de fama.
Al levantar os vasos se produce el granito
Del brindis que nos une en un pozo invisible.

Alguien nos dice que el sol ha salido
Y que en el barrio alto
La luz es servidora de los ricos
¡La misma luz que fue manantial de semejanza!

Hoy he ido a comer donde comen los pobres
Y he sentido que la sombra es común
Que el dolor semejante es un lenguaje
Por encima del sol y de las Madres.
  

COLLAGE

Los pájaros bordean el ocaso
con su sombra abrigan el paisaje.
Pájaros de leche,
pájaros de rientes mordeduras
que salen de la aurora como besos aplastados por la noche.

Ellos saben que la sombra
los protege, los defiende, los encierra
en un huevo de esmeralda.
Incansables aletean
sobre el césped de virtud de las sonrisas
como júbilos filiales del hastío

Pájaros de enigmas en la piel
pájaros de labios como ojos
que desnudan a la sombra de su tedio

Los seres son más lentos que el cabello
se espacian se aíslan en sus rocas
y hay dedos que el amor aún no ha tejido,
cuerpos que se agravan al amar su libertad.

Mundo natal mundo de donde vienen
rincones infinitos a formar su horizonte,
vestidos como naipes en un sueño
de amor y libertad.

Todos los pájaros son sombras que vuelan
latidos de un mismo pulso
arrugas de una misma ondulación
Todos los pájaros son siempre las doce

Sus alas espejos destilan
y donde hay una imagen los cuerpos ya no duermen
los pájaros-espejos sorben la sed de los cuerpos
la sed que es un cielo avisado al desierto

Pero los hombres
tienen sed de pensar en las sombra
que vuelan

Teòfilo Cid: (1914-1964).Poeta, Cuentista y Novelista Chileno. Es uno de los fundadores del Grupo Surrealista "Mandragora".Sus obras principales son: "Bouldroud" (1942),"El tiempo de la sospecha" (1952), "El camino de Ñielol" (1954), "Niños en el rio" (1955), "Alicia ya no sueña" Obra de Teatro escrita en colaboraciòn con Armando Menedin (1961),"Nostalgicas Mansiones" (1962), "Hasta Mapocho no mas" Cronicas, compilaciòn de Alfonso Calderon (1976), "Teofilo Cid; Soy Leyenda", Obras Completas, Compilaciòn y Edicion de Luis de Mussy y Santiago Aranguiz (2004).

lunes, 3 de octubre de 2011

RODRIGO HERNÀNDEZ PICEROS


EN LA VISPERA DE LO PRIMITIVO


Mi cerebro era la serpiente que carcomía las fronteras del sueño
Lejano país por donde permutaban aves
Había todo un aislamiento que la incomprensión 
Era tan sólo una cábala
Las armonías se constataban en acertijos de infancia
La búsqueda era penetrada por los ojos de un jabalí
Había tanta espera concentrada en los párpados de un ciego
Un disparo sintiéndose víctima de la sin razón
Y un sin fin de niños jugando a incendiar el planeta
Por donde pasaban ritos e invocaciones
Bajo viejas danzas sumadas al eje de la existencia
Había todo un porvenir en el color de los caracoles
Una tregua esfumada de la boca de un arácnido
Que hacía más deliciosa esta apertura de las cosas
Tan semejante a una crucifixión en día domingo
Había un compás derramado en alquimia
Paralelos atrapados en el ojo del tiempo
Cordura anticipada por el huracán del silencio
Bestias entregadas al olor de la noche
Había un gesto provocado por la indiferencia de la muerte
Bajo señales divinas grabadas en piedras
Pasatiempos inventados en la juventud del mundo
Que conducían a la búsqueda del rinoceronte
En la víspera de lo primitivo y su esplendor.


Había un desayuno que latía en borbotones
Mientras las miradas golpeaban los frutos lunares
Y caía un agua incandescente que desarmaba todo
En una esquina la palabra ‘español’ era sacada de su contexto
Para columpiarse en el sueño del tigre
Había bellos recuerdos acogidos entre la niebla
Cual ciego que reconoce su propio rostro
En el fermento de los líquidos uterinos.



Las esferas juegan a ser nudos de olas
Mientras yace la quietud del fuego
A través de visiones antiguas
Como un recado de la niebla
Aún cuando todo es mito
Perros envueltos en siglos
Comparaciones perfectas
Entre la noche y su reflejo



Rodrigo Hernández Piceros: (Santiago de Chile,1974-2019). Poeta, Periodista, Gestor cultural y Licenciado en Comunicación Social. En 1997 junto a Aldo Alcota fundó la Revista Derrame que es la publicación oficial del Grupo Surrealista Derrame que integran poetas y pintores.
Junto a ellos ha organizado una serie de eventos tanto a nivel local como a nivel internacional, entre ellos varias lecturas poéticas, lanzamientos de libros, perfomances, exposiciones, etc.
Es así como participó en la organización de la exposición internacional “El Umbral Secreto” (noviembre 2009) que reunió la obra de más de 200 artistas de todo el mundo en el Museo Salvador Allende y también en la muestra-homenaje "Roberto Matta: Au milieu des fauves” presentada en el diario "La Nación", de Santiago en noviembre del 2004. En el 2008 es invitado a colaborar en la exposición surrealista ‘O Reverso do Olhar’ en Coimbra, Portugal. Y en el año 2005 escribió dos textos para el catálogo de la exposición “Derrame Cono Sur o el viaje de los argonautas” de la Fundación Eugenio Granell en Galicia, España.
‘La Perseverancia del Sueño’ es su primer libro y fue publicado en noviembre del 2006 (prologo de Marie- Dominique Massoni, e ilustraciones de Romual Roudier), bajo el sello de Ediciones Derrame. En marzo 2011 La Editorial "Brumes Blondes" (Holanda) publicó un booklet con 8 de sus poemas traducidos al holandés por Laurens Vancrevel. En esta colección se han publicado 21 cuadernillos y sólo dos chilenos figuran: Ludwig Zeller y Rodrigo Hernández Piceros. En 2012 publica: "Pasajero de la eternidad", Ediciones de la Anjana Suta Academy Chile, Santiago de Chile. En 2019 se publica su libro póstumo "Visiones, Mantras y Sueños", Ed Dharma Comunicaciones.
También parte de su obra poética ha sido traducida al francés e inglés y holandes y sus poemas han sido publicados en revistas y catálogos de Francia, Colombia, Holanda, Portugal, España, EEUU y Chile. Como periodista en los años 2002-2003 fue colaborador del área de comunicaciones de la Dirección para la Comunidad de Chilenos en el Exterior (DICOEX) del Ministerio de Relaciones Exteriores. También escribió para la revista “El Volantín” y el boletín de DICOEX. Desde hace cuatro años practica bhakti yoga en ISKCON Chile. Es editor de la revista Utsaha de la Anjana Suta Academy Chile.
Hernández Piceros se encontraba al momento de su muerte trabajando en un cuarto libro de poemas: "Las reglas del infinto" , en un libro sobre Joaquín Edwards Bello y un libro homenaje al poeta Armando Uribe.