lunes, 10 de octubre de 2011

TEÒFILO CID





I

La soledad es un reflejo de las horas dichosas
Por su espiral las zonas blancas
Que aparecen como causa de las negras
Vierten en la hondura su compacto mecanismo
Y los recuerdos calzan zapatos puntiagudos
Sobre el cojín de las sienes apagadas.

La sociedad es un estanque con faunas de alcohol
Millares de pálidas tribus de nicotina
Canoas frágiles de sed
Y un cielo que interceptan nubes ebrias.

Vencido por sus aguas hojarasca soy
Árbol de río de azúcar
Lluvia angélica tostada por el sol
Mi soledad es un paraguas que se quiebra
Como un trozo de voz.
En torno a su eje
Brillantes lagartos trepan
Y hay siesta en el trigal.

Yo recuerdo una mañana sombría
Exactamente equilibrada para aquellos años
De extenuación y niñez
Los faroles temblaban bajo el remo de la lluvia
Yo miraba, yo miraba
Un bello témpano de amor tendido junto a mi.

Pasé la mano sobre el dorso azul
Y vi que los astros eran tiernas dependencias
De mis oídos
Que los sonidos de la luz eran dulces vertederos
De palabras de amor
Y creí sentarme mixto puente de dos pieles
Para cruzar aquel gran río, aquella ancha ría
Que había entre los dos.
Oh mía entre las mías
Ilumina el resplandor
El negro hálito de adios
Que yace en toda boca
Ilumina mi verdor
Las praderas que en los besos reverberan
Con sus vacas y sus méritos actuales
Oh amiga, oh virtuosa de la fuga
Que hoy te encuentre nuevamente en mis palabras
Creada por instinto de cansancio
O por valor



EL BAR DE LOS POBRES

Hoy he ido a comer dónde comen los pobres,
Dónde el pútrido hastío los umbrales inunda
Y en los muros dibuja caracteres etruscos,
Pues nada une tanto cómo el frío,
Ni la palabra amor, surgida de los ojos,
Como la flor del eco en la cúpula perfecta.

Los pobres se aproximan en silencio.
Monedas son sus sueños
Hasta que el propio sol airado los dispersa
Para sembrarlos sobre el hondo pavimento.
En tanto, cada uno es para el otro
Claro indicio, fervor de siembra constelada.

Y en la pesada niebla de los hábitos
Que en ráfagas a veces se convierten
De una muda erupción
De alcohólica armonía,
Yo siento que el destino nos aplasta,
Como contra una piedra prehistórica.

Pues somos los que pasan
Cuando los más abren los ojos claros
Al amplió firmamento
Que adunan los crepúsculos antiguos.

El mundo es sólo el sol para nosotros,
Un sol que ha comenzado por besar las terrazas
De los barrios abstractos...

Masticamos sus migajas,
Sintiendo que un espasmo egoísta nos mantiene,
Pues somos individuos, por más que a ciencia cierta
El nombre individual es sólo un signo etrusco

En los que aquí mastican su pan de desventura
Un viejo gladiador vencido existe
Que puede aún llorar la lejanía,
Los menús elegir de la tristeza
Y darse a la ilusión de que, con todo,
Es un sobreviviente de la locura atómica.

Sentados en podridos taburetes
Ellos gastan los últimos billetes
Vertidos por la Casa de Moneda.

Los billetes son diáfanos, decimos,
Carne de nuestra carne,
Espuma de la sangre.

Con billetes el mundo
Congrega sus rincones
Y parece mostrar una estrella accesible
Sin ellos, el paisaje es sólo el sol
Y cada cual resbala sobre su propia sombra.

Pero la Casa de Moneda piensa por todos
Y los billetes; ¡oh encanto del bar miserable!
Nos suministra sueños congelados,
Menús soñados el día desnudo de fama.
Al levantar os vasos se produce el granito
Del brindis que nos une en un pozo invisible.

Alguien nos dice que el sol ha salido
Y que en el barrio alto
La luz es servidora de los ricos
¡La misma luz que fue manantial de semejanza!

Hoy he ido a comer donde comen los pobres
Y he sentido que la sombra es común
Que el dolor semejante es un lenguaje
Por encima del sol y de las Madres.
  

COLLAGE

Los pájaros bordean el ocaso
con su sombra abrigan el paisaje.
Pájaros de leche,
pájaros de rientes mordeduras
que salen de la aurora como besos aplastados por la noche.

Ellos saben que la sombra
los protege, los defiende, los encierra
en un huevo de esmeralda.
Incansables aletean
sobre el césped de virtud de las sonrisas
como júbilos filiales del hastío

Pájaros de enigmas en la piel
pájaros de labios como ojos
que desnudan a la sombra de su tedio

Los seres son más lentos que el cabello
se espacian se aíslan en sus rocas
y hay dedos que el amor aún no ha tejido,
cuerpos que se agravan al amar su libertad.

Mundo natal mundo de donde vienen
rincones infinitos a formar su horizonte,
vestidos como naipes en un sueño
de amor y libertad.

Todos los pájaros son sombras que vuelan
latidos de un mismo pulso
arrugas de una misma ondulación
Todos los pájaros son siempre las doce

Sus alas espejos destilan
y donde hay una imagen los cuerpos ya no duermen
los pájaros-espejos sorben la sed de los cuerpos
la sed que es un cielo avisado al desierto

Pero los hombres
tienen sed de pensar en las sombra
que vuelan

Teòfilo Cid: (1914-1964).Poeta, Cuentista y Novelista Chileno. Es uno de los fundadores del Grupo Surrealista "Mandragora".Sus obras principales son: "Bouldroud" (1942),"El tiempo de la sospecha" (1952), "El camino de Ñielol" (1954), "Niños en el rio" (1955), "Alicia ya no sueña" Obra de Teatro escrita en colaboraciòn con Armando Menedin (1961),"Nostalgicas Mansiones" (1962), "Hasta Mapocho no mas" Cronicas, compilaciòn de Alfonso Calderon (1976), "Teofilo Cid; Soy Leyenda", Obras Completas, Compilaciòn y Edicion de Luis de Mussy y Santiago Aranguiz (2004).

1 comentario:

  1. Uno de los buenos poetas chilenos extinguidos en las noches y sus miserias espléndidas.

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