martes, 19 de mayo de 2015
RAÙL GONZÀLEZ FIGUEROA
COLLAGE
Precisamente en un día como hoy
y a esta misma hora
mi corazón acostumbra
desprenderse de mi cuerpo
Cerca y lejos a la luz de la ventana
Me abandona
me olvida por un tiempo
que no alcanzo a medir
se aleja de mí
como yo de mi propio recuerdo
Un silencio se despega de mi cuerpo
sin que el vacío
a esta misma hora a esta única hora
se clave en los pedazos de mi cuerpo
En ese instante
la ventana brilla más
que mi cuerpo
que es un abismo entonces
a la espera del latido desencadenado
a la espera de la lágrima
renegada de su ojo
del mismo ojo nostálgico que divisa hacia adentro
una oscura comarca despoblada de pájaros
y del estruendo de mis días despeñados
de sol a sol
En este instante
no podría recorrer mi cuerpo
no podría encontrar ni mi propio vacío
porque un túnel sin fin es mi cuerpo
y sin la lámpara
que abriga mis días
donde el tiempo es una visión horadada
por sus propias visiones
y donde la voz de Sylvia
mi llave iluminada
entra y se pierde en mí
buscándome y buscándose
a la espera de que mi corazón
regrese a su jaula entumecida.
MI HERMANO ESPEJO
Entre la noche y yo
está mi espejo mi hermano espejo
por donde entran y salen mis días
y mis ángeles
por donde mi corazón
desaparece
como pájaro huyendo de su jaula
Por donde mis ojos se dejan caer al mar
en busca del hilo mágico
que ha de coser las visiones destruidas
Por donde mi sombra se deshace
Tragada por relámpagos
Oh hermano espejo
Paciente cuidador del brillo de mis sueños
puerta abierta de mi cuerpo prisionero
no dudo que te detienes para que yo camine
y que de tu silencio
se desata el eco de mis palabras
que te vistes de noche
para encender las estrellas que ruedan
en mi universo
ni dudo que en el fondo
de tu reino
queda perdido el gusano
devorador de mis huesos
Que te disfrazas de mago
para transformar las arrugas
que encadenan mis años
como no podría dudar hermano espejo
que hacia la misma noche obstinada
rodaran tu imagen y mi imagen
en una misma sombra
EL SILENCIO
Oh dios de los sordos
y de los ciegos tras la luz
aplastada debajo de las piedras
venid y liberadme
de los sueños cercados por fantasmas
y huracanes disfrazados de céfiros
Cerrad las puertas que golpean tus espaldas
y entrad en mi
como yo en el corazón de la noche
seducido por el hechicero vestido de negro
que alimenta a las estrellas
porque es mi pan y mi agua
(enigmático como el viento)
dadme de comer y de beber para no morir
estrepitosamente
Entrad oh mago silencioso
para que pueda salir de mi castillo
cerrado por guardianes a doble llave
mi otra sombra blanca prisionera en la memoria
dormida con un solo ojo
debajo de los días
en un sueño
mitad noche mitad día
mitad grito mitad canto
para que pueda despertar
del enigma silencioso
Raúl González Figueroa: (1931). Poeta y cuentista Chileno: Autor de: “Raíz de la espera”, Imprenta el Esfuerzo, (prologo de Mario Oses e Ilustraciones de Carlos Sotomayor), Santiago de Chile, 1952, “Fuego vivo”, Ed Librería Andrés Bello, Santiago de Chile, 1957, “Noche sin estrellas”, Cuentos, Ed del valle, Santiago de Chile, 1969, “Angélica y las mariposas” Ed del valle, Santiago de Chile, 1972, “El espejo de los días” Ed Nascimento, Santiago de Chile, 1978, “El corazón y su jaula” Ed Grupo Fuego de la Poesía, Santiago de Chile, 1991, “La memoria encendida”, Antología poética, Ediciones del Grupo Fuego de la Poesía (prologo de Juan Antonio Massone), Santiago de Chile, 2003. En 1972 recibió el Premio Municipal de Poesía. Su obra se encuentra publicada en diversas antologías chilenas.
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