miércoles, 26 de agosto de 2015

JOAO RASTEIRO




COMO UNA HERIDA

Savia y péndulo desde el comienzo
ambos ajenos a las promesas del sol
y junto al cuerpo la voz ordenando
siempre la ilusión sobre el sueño de fuego,
junto a las palabras algunas cicatrices
mientras las piedras fructifican perfumes
bebiendo en el canto sordo de la lámina
la tierra que insiste en respirar,
y como la herida del poema no tiene nombre
la razón antigua donde brota Drummond:
(el único culpado es dios
y el resto es alucinación).


EN LOS PARPADOS DE LA LETANIA

En los párpados de la letanía
solamente los ojos como reptiles
bebiendo las grietas de las palabras,
tal vez sembrando el espanto
cuando la luz ofende al sol
secreteando labios contra labios,
una forma matizada en los fuelles
en el delirio pungente y absoluto
aguzado en la raíz de un cuerpo antiguo.


João Rasteiro:


















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