viernes, 9 de agosto de 2013

JORGE PIEIRO


EL RAPTO

( y del hombre, la inconsciencia...)

Hubieron pisadas en la escalera. Un ruido sonò en la madera forzada por los pasos.
El cuarto aprehensivo, silencio.
Oscuro. La persona fijò la atenciòn, apretando las manos humedecidas.
Uno...dos...tres... pasos. El hombre tocò un gato,
echò la mano a un revolver. Una mujer se mecia.
Cuatro...cinco....Contando desde el inicio, esperan que se abrta la puerta arriba de la escalera.
Sidor, respiraciòn jadeante. El pèndulo del reloj oscilò 360 veces. Nada sucediò. Los dos, en lo oscuro,
esperando. Aparece una sombra....y esperan mucho. El reloj domò al tiempo.
Galos obedeceràn. La debil luz se escapò. La mano del hombre agarra firme el arma adormecida. La otra agarra la mano de la mujer, rezando en soluciones...claridad finalmente.

Los ojos de mucho tiempo se arrastran en direcciòn de la bella escalera. La puerta estaba trancada.
El portòn tambièn. Se vio un vuelo de canario y palitos destruidos. Penas amarillas sobre las gradas.
Aprehensivo, pasò por el portòn, se aproximò a la ventana. Nada. Sin entender un ruido se denunciò como eco en la escalera. Un hombre descendiò. Desconfiado. Abriò la puerta de la calle para...
....andar en trance, los ojos cristalizados por el hospital, de tanto explicarle a la mujer, que fue atropellado por pàjaros enormes, cargando un canarito sin pena.

                                                                                     (y del hombre lo extraño...)

Jorge Pieiro:

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