jueves, 19 de diciembre de 2013

FERNANDO PALENZUELA


 




AMULETOS DEL SUEÑO


1
La música de cabellos más blancos que el sol
Perfora el brazo los vitrales
Las mariposas que flotan en tus ojos
Se posa en tu mirada hacha
Como un reptil acude lentamente
Muriendo ante la flor azul de la mañana
Esa música de dientes que borran las palabras
Siempre será las venas del agua detenida
Ante la sombra de un Adán tenebroso
Luchando por avanzar hacia lo oscuro
La lentitud con que la piedra existe
Es enfrentar un resplandor incierto
Saltar sobre mi abismo en llamas
Tinieblas de amor besar entre papeles
Embalsamados tiernos que se van de viaje con las hojas
De mis antepasados menos crueles
Esa música es sombra de mi lengua
Para levantar el velo de Isis los dormidos
Bueyes de la verdad y del destino
Hasta las comarcas reales de la saliva
Y sus cabellos de locomotora infinita
Y flecha que siempre da en el blanco
Donde los fantasmas se disuelven en puños como flores
Cuando el hombre de lágrimas de hierro
Condenado
Al plomo de su sombra
A la conclusión de sus muslos
Siempre a la exacta medida de sus testículos
A la posteridad minuciosa de su naufragio
Extrae el hueso más reciente del verano
Un pez o sol se rompe hasta donde le alcanza su dinero
Independientemente que mis ojos siempre estarán abiertos o cerrados
Me alimento de un suelo sólido de llamas
De una realidad que me visita joya
Agua viva naciendo de lo alto
Y de palabras rompiéndose por dentro
Amando mintiendo deseando
La soledad caníbal de las guillotinas amputadas
Y la rosa tigre de ojos como la niebla
Que mi vida se funda con el sueño
Como la ventana con el aire
Y ya no haya más aire ni sueño ni vida ni ventana
Sino sólo una materia única
Del otro lado del ser y de las cosas
Una sola música sin moscas ni cenizas
Dando cuerda al tambor adiós del silencio
Como un amuleto de salvaje sueño
De frente de cristal de roca
Por donde empieza la palabra.


LA VOZ POR ENTERRAR

Si lo que hay que enterrar es el silencio
Esa otra voz con que tropieza
La araña de mi nombre en el vacío
Mi voz encerrada en una caja invisible
Mi silencio como un guante sobre la empuñadura de una luz negra
Entonces la aguja para tejer los simulacros
De mi sombra que avanza entre las venas de los cataclismos
Decidirá si he de saltar de un puente a otro
O acaso permanecer con mi cabeza inclinada
Del lado izquierdo de las nubes
Donde un hacha de oro lee los presagios
Cascos de caballos retumbando sobre el polvo de tu cadáver
Entre solemnes apostadores que sólo ganan para seguir jugando
Estrella o escudo vida o muerte
Como la trayectoria de una piedra lanzada al infinito
O la caída de un ave mortalmente herida
Desprendiéndose de su último vuelo
Para hospedarse en una de las uñas del viento
En el espacio donde florece la memoria abolida
Mi nombre secreto
Bajo el ala de la mirada que se escapa del ojo
Y se cuelga en los árboles que arden en el corazón de la noche
Como una mujer que pasara inadvertidamente sin amarme
Voz de puñal clavado en el silencio
Así llegarán para ti las horas y los días del cordero devorado
En la montaña de granito
Y al fin heredarás las calientes cenizas de tu cuerpo
Esparciéndose en todas direcciones
Y tu vida saltará el muro que la separa de aquella tierra infame
Donde un día conociste el rostro del terror y la belleza
La cirugía de sus calles enroscándose en los prostíbulos del viento
El nacimiento de los espejos para mirarse por última vez
Descubiertos debajo de la almohada
Ante la estatua de las palabras dije:
Si no puedo salvar todos mis sueños no salvaré ninguno
Que me despedacen sobre la hierba azul de una tierra que amo
Cuando me envuelva la increíble sombra que me aguarda
Ya no habrá más códigos ni juegos
Sólo la simetría oscura de infinitas lunas
El sol sobre mis huesos en su galope ciego
El agua insomne de la blanquísima aventura
Mi voz oculta en las raíces de los mangles
Mi voz por enterrar
Secretamente.


DEATH IN PROGRESS

La poesía crea una ilusión mágica en la boca
Como conejos extraídos del sombrero de un mago
Las palabras también pueden salir de un sombrero
Y los conejos morder los pies de los poetas hambrientos
Siempre escapando hacia el centro
De la Nada que es un paraguas sin sonrisa
Cuando nos inclinamos sobre el papel en blanco
Hay una navaja cortando la memoria
De una mujer que cocina sus lágrimas a la intemperie
Donde un niño solitario contempla la idea de la muerte
Desconociendo que para él no hay muerte
Una promesa incumplida
Que siempre habrá de evadirlo
Sólo dejando pisadas fangosas sobre su corazón de seda virgen.

Cuando los perros ladran en los caminos todo el año
Y todavía es Diciembre
Yo miro en los ojos de las mujeres de cristal de roca
Y me pregunto
Si hay rescate posible para el naufragio de mi espíritu
Yo el más obediente servidor de lo maravilloso
Grabando mi nombre en el viento
Mi nombre que será barrido por la realidad
De los corredores de la Bolsa de un universo arrodillado
Si hubiera sabido que la vida es y será siempre una herida abierta
Me hubiera preparado mejor para ese viaje
Oh amiga mía! alcánzame el revólver y ciérrame los ojos
Pues yo no deseo ser un visionario
Encerrado en una habitación oscura llena de palabras.

Cuando miré debajo de la almohada allí estaba el poema
Pero no pude encontrar al poeta
El es alguien que nunca he conocido
Y este poema es como un caballo que devora mis noches
La balada de un poeta perdido en un círculo vicioso
Como un ave del paraíso que no ha sido encontrada
Mi corazón un puente entre ayer y mañana
Aunque no haya mañana
Sólo tú conoces la ruta que va desde esta lengua ajena
Hasta el centro de la palabra enterrada
Y yo la llave invisible que abre y cierra
La puerta de las alucinaciones en tu frente.

Como una camisa puesta a secar al sol del mediodía
El destino del poema es ser destruido
Por una ráfaga de aullidos y silenciosas manos
Y el poeta empeñado en domesticar la luz del sol
Cumple su condena
Viviendo en el fracaso de su cuerpo
Acaso sabe o lo presiente
Que la poesía es la muerte del ser
El claro abismo donde la vida resplandece
Sólo una jaula de pájaros llena de terrones de azúcar
Que no puede definir el amor.

Fernando Palenzuela: (Cuba, 1938). Poeta. Fundò y dirigio junto a Josè Antonio Arcorcha la Revista "Alacràn Azul". Es autor de: "Amuletos del sueño", Ediciones Universal, Gráficas Cervantes, S.A., Salamanca, 1972. "La voz por enterrar", Ediciones Catalejo, C & M Press, Denver, 2005, "Esfera inacabada", Èditions Sonàmbula, Canada, 2009, "Sphère Inachevèe", (Ilustraciones de Miguel Àngel Huerta), Èditions Sonàmbula, Canada, 2010. Mantiene inèdita la novela "Al margen de la irrealidad". Colaborador de la Revista Derrame.



















 

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