viernes, 24 de febrero de 2012

EDUARDO ANGUITA



TRANSITO AL FIN


La puerta puede abrirse,
puede entrar el ladrido del perro,
sin que necesitemos saber nada.

Mientras no entre el viento en nosotros
cuando tenemos los ojos viajando entre los muebles
de la diversidad de los miedos de cada muerto,
podemos reír entre la espuma de lo oscuro.

La seguridad del que abre su vestido privado
dejando mostrar las huellas blancas de los delirios,
con un poco de fuerza se logra concentrar la ceniza invisible,
la sombra, mi muerte particular.

Piedras en la mirada, ya sólido su silencio,
pasos de las manos solas en el cuerpo.
Es así como amamos el aire de la estatua,
el aire que nos empuja a la vejez.

El hombre camina a una habitación semejante
y se coloca el traje que le conduce para siempre.


SONETO 1942

Ame vivir en cielo inmaculado,
labrado en soledad y muerte pura;
igual que el cielo, ileso mi costado
crecio sin sangre, fuerza, ni premura.

Inquieto, como el tiempo amortajado
al sentirme sin vida, ni amargura,
torne a tu fuego de angel derramado
olvidandome yo en la quemadura.

Asi furioso, incierto, desvelado,
locamente veloz e iluminado,
iluminado en goce y en dolor:

Contigo quemo el cielo y el reposo
inauguro al Terrible y al Hermoso
Amor, Feroz amor, !Oh dulce amor!.



EL POLIEDRO Y EL MAR

I
 
Me ha sido dado un poliedro frente al mar :
un cuerpo muy sólido pero invisible,
una compacta reunión de lejanías,
con todo su silencio endurecido,
toda su ausencia próxima,
y cuanto más palpable, despojado.

Era dulce dejarse ir por sus aristas
más veloz que la mirada vuelve al sol,
ciego volar sobre la línea pura hacia un encuentro :
cuando quise pensar en dónde estaba, tuve un vértigo :
¡la arista, la línea, no era nada!

Deslicé por la nada que forman
dos caras del poliedro besándose :
del beso lineal quise subir al labio,
tenderme en las superficies,
reposar por fin en la extensión dorada.

Así, mientras lo hacía,
desdeñe el azul profundo del oceano
desde mi valle de cuarzo fantasmal.

Mas, ¿qué es eso? La extensión también era sólo límite puro :
¡donde un volumen iba a nacer, otro cesaba!
En ese silencio cortante,
en ese filo más exiguo que entre beso y boca,
¿Había yo creído tocar la substancia?
Sólo era volumen contra volumen despojándose :
¡y eso que era la nada, inasible y fugaz,
con cuánto amor ausente me atraía!

Frente al océano exclamé :
¡Todo no es más que lejanía!
............-- ¿Qué sabes tú? Cien niños juntos, cada uno de diez años,
¿suman mil años?

No sé. Arrojé al mar el poliedro
porque tuve conciencia que me había mentido.


Eduardo Anguita: (1914-1992 ).Poeta Chileno. Premio Nacional de Literatura. Autor de: "Transito al fin", Ediciones, Santiago de Chile, 1934, "Antología de la Poesía Chilena Nueva" (en coautoria con Volodia Teiltelboim), Editorial Zig-Zag, Santiago de Chile, 1935, "Antología de Vicente Huidobro", Editorial Zig Zag, Santiago de Chile, 1945, "Inseguridad del hombre", Ediciones David, Santiago de Chile, 1949, "Anguita, cinco poemas" (Ilustraciones de Carlos Sotomayor), Ediciones David, Santiago de Chile, 1951, "Palabras al oído de mexico", Ediciones, México, 1960, "El poliedro y el mar" Editorial, Santiago de Chile, 1962, "Rimbaud Pecador",  Ediciones Revista Atenea, Separata, Concepción, Chile, 1963, "Venus en pudridero", Editorial del Pacifico, Santiago de Chile, 1967, "Poesia entera", Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 1970, "Nueva antologia de poesia castellana",.Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 1981, "La belleza de pensar", Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 1987, "Definicion y perdida de la persona", Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 1988, "Anguitologia". (selecciòn de Andrès Morales), Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 1999, "Eduardo Anguita, paginas de la memoria", (recopilaciòn de Pedro Pablo Zegers), Ediciones de la Direcciòn de Bibliotecas Archivos y Museos, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, Santiago de Chile, 2000. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario